Es tal el poder visual del traje flamenco que se ha transformado totalmente a lo largo de los años. Desde su función de bata de faena que tenía en sus inicios en las mujeres gitanas de mediados del siglo XIX se ha convertido en icono de no solo la cultura sevillana, ciudad en la que nació, sino en un símbolo internacional de la identidad española.

La vestimenta local se extendió como traje de Andalucía para posteriormente convertirse en el “traje español”  para el resto del mundo.

Lo que de verdad llena de orgullo a los andaluces es no solo tener arraigada esta tradición y que sea conocida en todo el mundo sino que es una seña de identidad viva, seguida con dignidad y empeño por todas las generaciones de nuestra sociedad, de niños a ancianos y lo más especial de todo, el traje de gitana sigue más vivo que nunca siendo el único traje regional de toda España que varía y evoluciona  en función del tiempo y la moda, reinventándose cada año, inundándose de aire y vida.

La constitución clásica del traje es el llamado «cuerpo de guitarra», que realza de un modo especial la belleza de la mujer. El traje se acompaña del cabello recogido en moño y se baña con complementos diversos como mantones, flores y joyas que, con juegos de colores y formas, ensalzan la belleza de la gitana, de la mujer andaluza.

El recorrido de los volantes por el albero en las ferias es un movimiento de sensualidad y raza que en ningún otro lugar del mundo se puede encontrar, solo en el corazón del flamenco, en nuestras ciudades, pueblos, ferias, romerías y tablaos.

En la ciudad sevillana puedes descubrir el traje flamenco y su baile vestido en nuestros bailarines en el mejor tablao flamenco de Sevilla, el del Palacio Andaluz. Ven y disfruta de un baile de cuerpo, arte y tela.