- Shows diarios: 19:00, 19:40, 21:30 y 22:10
Las peteneras son un estilo de cante y baile flamenco que, desde sus orígenes, ha estado vinculado a la superstición, ya que se decía que traía mala suerte a todos aquellos que lo interpretaban.
Se trata de uno de los palos flamencos más sentimentales compuesto por letras tristes y melancólicas, que se interpreta de modo lento, aunque en las versiones más antiguas el ritmo era más rápido y los temas menos afligidos.
Las peteneras tienen una estrofa de cuatro versos octosílabos que pasan a convertirse en seis o más debido a la repetición de algunos de ellos. Además, se le añade otro verso en forma de ripio, el más común suele ser “Madre de mi corazón”. La métrica de las peteneras se rige por compases de 6/8 y 3/4, poniendo sus acentos fuerte de la siguiente manera 1-2-3 1-2-3 1-2 1-2 1-2.
La petenera ya existía musicalmente antes de ser adaptada al flamenco. Según algunos investigadores, es un estilo que emparenta con la zarabanda (XVII). La denominación de este palo se debe a una cantaora que vivió a finales del siglo XVIII en Paterna de Rivera (Cádiz), llamada “La Petenera”.
Sobre el origen de la petenera, como ocurre con otros estilos de este arte, no hay unanimidad entre los entendidos y estudiosos del flamenco. Hay quien lo sitúa en América, ya que también se llama petenera a un estilo de música y baile jarocho, propio de la región de Veracruz (México). Otros, sin embargo, indican que el origen de este estilo es español.
En su momento se creyó que las peteneras tenían raíces sefarditas por las referencias que se hacían en muchas de las letras, tal y como podemos apreciar en este ejemplo: “donde vas bella judía…”.
Sin embargo, la teoría que tiene más fuerza es la que la ubica su origen en los sones de Veracruz, llamados peteneras, con la armonía y tonada muy parecida al estilo que conocemos en la actualidad.
Fue a finales del siglo XIX, cuando en España se dio a conocer las peteneras, gracias al cantaor José Rodríguez Concepción, conocido como ‘Medina el Viejo’.
Esta versión la adoptaron otros referentes del cante flamenco como Antonio Chacón o Pepe ‘El de la Matrona’. Posteriormente, la ‘Niña de los Peines’, haría propio este estilo, enriqueciéndolo con su inolvidable voz.
Ejemplo de Petenera compuesta por La Niña de los Peines:
Quisiera yo renegar
de este mundo por entero,
volver de nuevo a habitar
¡madre de mi corazón!
volver de nuevo a habitar,
por ver si en un mundo nuevo
por ver si en un mundo nuevo
encontraba más verdad
El baile por peteneras se popularizó en las escuelas de baile sevillanas y, en especial entre los jóvenes, convirtiéndose en uno de los más practicados tras las clásicas seguiriyas. Se considera uno de los bailes más antiguos el flamenco.
De la petenera flamenca podemos encontrar varios estilos: la antigua o grande, representada por Antonio Pozo ‘El Mochuelo’, y la moderna o chica, en la que destaca ‘Medina El Viejo’. De esta última deriva la corta, cuyos principales referentes son Pepe de la Matrona y Rafael Romero.
La petenera antigua no es bailable, mientras que la chica se baila con pasos de seguiriya, mantón, castañuelas o chasquidos y acompañada por palmas. El baile por peteneras se lo debemos principalmente a artistas como Paulino Ruiz, Soledad Miralles y Rosa Durán.
Como hemos adelantado al principio de este artículo, tanto el baile como el cante de la petenera están rodeados de un aura supersticiosa, como ocurre con la alboreá, canto de boda gitano. Esta superstición de ‘mala suerte a quien la interpreta’, se remonta a los años cuarenta del siglo XX. Es por ello que muchos cantaores calés evitan cantarla o incluso oírla.
Al tratarse de uno de los palos integrados en el flamenco más desconocidos, se han llevado a cabo iniciativas para que este arte no caiga en el olvido, como el Concurso de Cante por Peteneras, que se celebra en la localidad valenciana de Paterna, desde 1972.
No es la primera vez que hacemos referencia a expresiones flamencas que se utilizan como frases hechas. En este caso, suele decirse «irse por peteneras o salirse por peteneras» cuando alguien con quién estás hablando cambia de tema de conversación para no responder.
En definitiva, la petenera es en esencia uno de los palos más enigmáticos del arte flamenco. La leyenda y el mito envuelven la historia de este estilo tradicional y que merece la pena disfrutar.
© 2023 El Palacio Andaluz. Todos los derechos reservados.